lunes, 14 de octubre de 2019

Experiencia TPH B


Un antes y un después, tener la oportunidad de compartir un proyecto con compañeros de tu misma cátedra de otros niveles, fue una experiencia única, sin duda estos trabajos promueven a que año tras año vuelvas a elegir Rondina, hoy me toco estar en el primer nivel de diseño junto con Luchito y Agus y el resto del grupo de niveles superiores, desde nuestra postura de diseñantes primerizos (creo hablar por los tres) fuimos tratados como pares, dentro de este grupo perfectamente conformado, mirado desde cualquier ángulo. Quisiera por un momento ya haber vivido esta misma experiencia desde otros niveles para poder retribuir el mismo compañerismo para con mis pares de niveles inferiores. Desde las primeras clases fue muy amena la repartición de tareas de desarrollo e investigación, y también las exposiciones de lo investigado por los distintos grupos. Recuerdo perfectamente aquel momento cuando estaba proponiendo una opción de circuito eléctrico, mientras marcaba sobre mi cuaderno unos detalles, levanto por un segundo la mirada, el tiempo en ese momento disminuyo su velocidad permitiéndome notar a mi mismo en un segundo plano “guau.. me están escuchando”, desde ese momento entendí que el grupo que se había formado era espectacular y la importancia de escuchar.
El trabajo paso por distintas etapas de las cuales fui participando de distintas tareas, al principio entendimos al trabajo como un desarrollo de diseño de aspas acompañado por un condicionante eléctrico, el cual la cátedra proporcionaba distintas opciones para su construcción, el resultado fue un gran número de personas abocadas al desarrollo de diseño y otros al de la construcción de estos elementos eléctricos, en este último grupo estuve mas involucrado. Luego de agotar los recursos propuestos por la cátedra, aparece una problemática “los circuitos eléctricos no satisfacen nuestras necesidades”. Por algún motivo en ese momento estaba enojado por todo el tiempo y dinero que se había perdido y aun no teníamos resuelto el problema, llegada la clase siguiente me reformule muchas veces el “como decir que no servían ninguna de las propuestas eléctricas”. Lejos de tomarlo como algo negativo, el grupo funciono como tal y se dijo “bueno ahora ya sabemos lo que no anda”, ¿qué otras opciones tenemos? Desde ese momento surgieron nuevas investigaciones y puesta en común con otros grupos y para la clase de muestra de paquete eléctrico llegamos con una propuesta funcional, la cual trajo calma. Este día fue muy grato, un día lleno de intercambio en el que nos venían a preguntar cómo resolver ciertas cuestiones técnicas.
A partir de este momento me acomode en la construcción de los muchos prototipos que fabricamos y pusimos en juego los conocimientos de trabajo colectivo, pasamos por muchas instancias hasta que llegamos a un modelo en el cual poder juntar el paquete eléctrico, aspas y sistema de distribución, solo que no estaba ensamblado, con toda la energía del grupo, nos juntamos en el taller, con los infaltables mates, herramientas varias y hasta música, a armar el prototipo para la muestra de factibilidad, llegamos a montar solo 2 aspas y el resto del conjunto, no estaba completa pero era funcional y se entendía el concepto, estábamos muy contentos con lo que habíamos logrado, pero se avecinaba un baldazo de agua fría, tuvimos una corrección un tanto dura, la cual no nos esperábamos, yo me quede helado esperando ver cuál iba a ser la reacción del grupo en general, por un momento quedo el clima tenso pero solo por un momento.
Hasta que se escucho, buenoooo a dibujar, dejemos todo lo que estamos haciendo y hagamos un brainstorming, quedaban solo unos minutos, con Lucho seguimos armando el prototipo, estaba seguro que a pesar del trago amargo que teníamos en ese momento si lográbamos terminar de armarlo y poder probarlo iba a levantar el ánimo del grupo. Y así fue, terminada la clase bajamos  las escalinatas de la FADU y buscamos viento adecuado para probar el prototipo Por suerte pudimos verlo prendiendo su luz y el festejo de ese momento fue increíble todos nos desahogamos. Que bueno que quedo registrado en un video.
Para la clase siguiente quedaba el desafío de acotarse a las pautas propuestas por los docentes, con la tranquilidad de saber que ya teníamos un prototipo funcional. Hice un pequeño relevamiento de lo preexistente y comparativa con lo nuestro y formule una propuesta que rompía con todo lo que teníamos desarrollado hasta el momento, estábamos en una instancia en la que ya había pasado más de la mitad del tiempo asignado al trabajo practico así que sabía que el proponer algo así tenía que tener fundamentos fuertes, para potenciar mi propuesta realice un modelado, una maqueta y también lleve un elemento para representar el modo de concreción real. Llegada la clase me fui con todo a escuchar las propuestas de mis compañeros, no me animaba a exponer por lo distinto que era, no quería quedar como un colgado, pero por otra parte estaba ansioso por mostrar todo lo que había hecho. Llego mi momento, hable, explique, y deje la maqueta como último recurso, nadie decía nada, sentí algo raro en ese momento, como que todos pensaron lo mismo “mira todo lo que hizo este pibe, como le decimos que no va” en un momento alguien rompió el hielo y me dice, “esta buenísima tu idea”, si lo presentabas 15 días antes íbamos de lleno con esto, y otro comento “el optar por esta opción es tirar a la basura lo que todos venimos haciendo hace un mes”, y después otros comentarios salvando algunos conceptos. Ese día me fui medio triste pero entendí que no daban los tiempos para hacer un nuevo estudio completo de propuesta con lo que ello conlleva.
Encarábamos la construcción del nuevo prototipo luego de mucho desarrollo por parte del equipo que se encargo del diseño de aspas, esta vez íbamos a fondo, mandamos a cortar materia prima para que todo sea perfecto, a doblar piezas, un manejo extraordinario para que la fabricación sea óptima, acá nos topamos con los problemas de terceros, todo había salido mal las piezas mal cortadas y las que estaban bien fueron mal dobladas, a pesar de ser un error de los proveedores, esto nos atraso unos días y complicó el proyecto.
En paralelo a esto se desarrollaba la entrega grafica y teórica del proyecto, en la cual nos fue muy bien y nos felicitaron por un montón de conceptos que se asemejan al criterio de cátedra.
Superada esta etapa luego de varias trasnochadas logramos armar el prototipo con la sorpresa que éste no andaba. Todos nos preguntábamos que pasaba y esta parte fue una de las más enriquecedoras, muchas cabezas analizando distintas cuestiones, posibles soluciones, alternativas y variantes. Luego de todo esto encontramos el problema pero éste era irreversible, así que nos vimos obligados a buscar una solución alternativa, todo este proceso fue muy estresante así como interesante, logramos agilizar el producto y hasta creamos diferentes relaciones de transmisión para distintas velocidades de viento, logrando así su buen funcionamiento.
Las horas pasaban y el parque de la memoria nos esperaba, ajustes de último momento nos jugaron en contra, llegamos tarde pero seguro, con la adrenalina de llegar y mostrar todo nuestro esfuerzo y con la tristeza de que ese día todo llegaba a su fin. Armando el producto final junto a mis compañeros pensaba en, “¿qué pasaba si no soplaba mas el viento?” ya que era muy poco el que había cuando llegamos y la respuesta fue otra pregunta “¿Qué importa?” Lo importante fue todo lo que hicimos, todo lo que construimos y desconstruimos, los momentos críticos, entender el proceso de diseño, problemáticas, el hecho que funcione en ese momento pasaba a un segundo plano, yo sabía que funcionaba y un agente externo no iba a opacar la felicidad de llegar al final.
Entre arepizzas, mates, galletitas, magdalenas, muchas herramientas, música y la promesa de una cena final, quedará en mi recuerdo este excelente grupo de diseño, Agus-Cali-Cande-Colo-Emma-Eric-Issy-Juli-Lea-Luchito-Lucho-Martu, formamos el Grupo 17.

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